Las palmeras datileras pertenecen a la familia Palmaceae, son originarias del Golfo Pérsico y crecen en regiones áridas y subtropicales. Los principales países productores a nivel mundial son Egipto, Irán, Arabia Saudí, Pakistán, Irak y Argelia (fuente: FAO). Su fruto, el dátil, forma racimos de hasta 25 kg de fruta madura y alcanza su desarrollo en varios meses. Tiene forma ovoide, es liso y con una semilla larga y ranurada. En muchos países se cubren los puñados de fruta con bolsas de papel para protegerlos de los elementos (lluvia, polvo) y de los roedores.
Las palmas de dátiles toleran grandes diferencias climáticas, la temperatura óptima de desarrollo son 30ºC aunque pueden soportar rangos entre 8 y 45ºC. Es importante desde el punto de vista comercial que la humedad se mantenga baja en los periodos de maduración y cosecha ya que ésta podría causar problemas en la mayoría de las variedades.
La palmera datilera prospera en casi cualquier tipo de suelo, pero le van especialmente bien los limos arenosos con buen drenaje.Presenta gran resistencia a la sequía y la máxima resistencia a la salinidad. El dátil crece en casi cualquier tipo de suelo: ligero, medio y pesado con buen drenaje y ventilación. El dátil es resistente a la sequía y a suelos alcalinos. Cuando se usan aguas salinas para regar, se producen descensos en la producción y calidad.
Dependiendo de la variedad, la distancia de plantación varía. Lo más habitual son marcos de plantación de 10x10m y densidades de aproximadamente 100 árboles por hectárea. En los cultivos de palmeras pequeñas la densidad es de unos 200 árboles por hectárea.
La mayoría de las plantaciones modernas de dátiles se riegan con sistemas de riego por goteo, aunque todavía muchas plantaciones tradicionales son regadas surcos o inundación. El dátil debe tener un aporte continuo de agua, en algunas regiones se riegan hasta dos veces al día. El riego constituye el mayor coste en una plantación de palmeras ya que las raíces deben tener un abastecimiento de humedad constante.