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Caña de azúcar

Cultivo
Hortícolas y extensivos/ Caña de azúcar
Cultivo de la caña de azúcar - AZUD
Cultura del agua - AZUD

Sobre la caña de azúcar

La caña de azúcar es una planta que asimila muy bien la radiación solar, teniendo una eficiencia cercana a 2% de conversión de la energía incidente en biomasa. Esta capacidad de asimilación aumenta las posibilidades comerciales para el aprovechamiento de los numerosos productos que de ésta se pueden extraer, en muchos casos de mayor valor añadido e importancia económica que el azúcar.
El cultivo de caña de azúcar se presenta como una oportunidad de alto valor añadido frente a otro tipo de cultivos; no obstante, este cultivo no es ajeno al problema actual de escasez de agua. Teniendo en cuenta esta realidad, y la eficiencia y ventajas de la práctica de riego por goteo ya citadas, ésta última es una excelente vía de mejora en explotaciones agrícolas dónde el cultivo de caña ya está implantado, así como la opción idónea para nuevas explotaciones destinadas a este cultivo.

La caña de azúcar no soporta temperaturas inferiores a 0 ºC, aunque alguna vez puede llegar a soportar hasta –1 ºC, dependiendo de la duración de la helada. Para crecer exige un mínimo de temperaturas de 14 a 16 ºC. La temperatura óptima de crecimiento parece situarse en torno a los 30 ºC., con humedad relativa alta y buen aporte de agua.

Se adapta a casi todos los tipos de suelos, vegetando mejor y dando más azúcar en los ligeros, si el agua y el abonado es el adecuado. En los pesados y de difícil manejo constituye muchas veces el único aprovechamiento rentable. Únicamente en suelos ácidos, que no suelen existir en las zonas donde se cultiva la caña en España, crea problemas graves.

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Técnicas de riego y nutrición de la caña de azúcar

Se suelen utilizar dos modelos básicos: en filas simples, espaciadas 125-150 cm entre sí, o en filas dobles, con un espaciamiento de 90 cm dentro de cada par y de 180-210 cm. entre un par y otro.

La caña requiere de abundante agua y nitrógeno, fósforo, potasio y ciertos oligoelementos para su fertilización. La práctica del riego suprime la incertidumbre típica de las actividades agrícolas dependientes de aportaciones de agua proveniente de fenómenos naturales. No obstante, las prácticas de riego tradicionales utilizadas en el cultivo comercial de caña de azúcar no permiten aprovechar su elevado potencial genético para la producción de biomasa y reducen la eficiencia de utilización de los recursos humanos y naturales disponibles.

Práctica del riego en caña de azúcar:

Establecimiento del cultivo:
Niveles de humedad adecuados en el entorno de la caña de semilla para favorecer la germinación de las yemas, garantizando una brotación uniforme y una elevada población de tallos (retoños) por unidad de área.

Formación de retoños y crecimiento:
La práctica de riego debe garantizar, mediante el diseño adecuado del sistema, la elección adecuada de la frecuencia y duración de los riegos una alta tasa de humedad en los primeros 40 cn de profundidad, ya que en esta zona se encuentra la mayor densidad radicular. La forma y extensión del bulbo húmedo debe garantizar un adecuado desarrollo de las raices con el suficiente volumen de suelo disponible y adecuado contenido de humedad.

Maduración, formación de azúcares y recolección:
El sistema de riego debe permitir el dominio de los niveles de humedad en el suelo para, de esta forma, conseguir los niveles de estrés en el cultivo que ralentizan el crecimiento vegetativo e inducen a la acumulación de azúcares y maduración.

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